CAPÍTULO 106 - LAS FAMILIAS

Cada persona tiene su propio modo de pensar para interpretar el mundo que le rodea y tratar de manejarse en él, del mejor modo posible. Generalmente, todos buscamos sentirnos bien con nosotros mismos y los demás y lograr las metas y objetivos que nos proponemos en nuestras vidas.

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Francisco de Sales
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CAPÍTULO 106 - LAS FAMILIAS

Mensaje por Francisco de Sales »

CAPÍTULO 106 -  LAS FAMILIAS
-LO QUE PUEDE PASAR POR NO SABER-

Este es el capítulo 106 de un total de 200 –que se irán publicando-  que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER

Unirse dos personas en una relación implica que cada uno de ellos va a aportar sus propios familiares, amigos, y conocidos; hay que saber que en una relación –esta es la verdad- al único a quien se ha seleccionado es al amado, pero no toda la cohorte que conlleva; es muy posible –pero que muy posible- que no nos caiga bien su padre, que su hermana sea insoportable, que la mayoría de sus amigos sean inaguantables… y si aporta hijos de una relación anterior, es posible que sean buenos pero también es posible que sean lo contrario.

¿Y qué se hace con todos ellos?

Lo primero, es conveniente que quede claro que los que sí han decidido llevarse bien son los miembros de la pareja. Por lo tanto, aún queriendo mucho a sus propias familias y amigos cada uno de ellos, la relación tiene prioridad. Como suena. Y hay que tenerlo claro porque la injerencia de los otros en los asuntos de la pareja puede ser complicada y muy difícil de llevar. Puede afectar mucho y muy gravemente a la relación. Así que conviene que ambos miembros tengan clara la prioridad de la relación y que avisen a sus familiares que no van a admitir injerencias ni imposiciones, aunque serán bien recibidas las sugerencias sensatas y constructivas.

Esto es válido cuando ambos son conscientes de que van a tener que ceder un poco, ser diplomáticos, y hacer pequeños sacrificios –no en todas las relaciones, por supuesto- para que el otro se sienta bien y pueda seguir disfrutando de todas las personas a las que ha querido y quiere, y por las que se ha sido querido y sigue siendo querido.

Es preferible evitar ponerle al otro en el trance de tener que escoger entre uno y los otros. Un ultimátum del estilo de: “escoge entre ellos o yo” es peligroso y comprometido, y es muy posible que si el otro es sensato y valora la actitud amorosa incondicional de aquellos con los que se ha relacionado hasta ahora y se da cuenta de la actitud impositiva y exclusivista que le hace su pareja, se decida por “ellos”.

Siempre se pueden encontrar fórmulas intermedias que, sin ser las ideales, puedan ser útiles. Lo mejor sería que uno se llevara bien con la madre de su pareja, por ejemplo, pero si ya se ha demostrado que eso es imposible del todo, por lo menos que no le prive de ir de vez en cuando a estar con su madre.

Como siempre, diálogo, negociación, y a encontrar una solución que se acerque a la ideal.

SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:

- La familia del otro viene incluida con él, pero no siempre es posible tener una buena relación con ellos.
- Conviene tener una buena relación y una buena convivencia –porque habrá que estar con ellos durante años y en variadas circunstancias-, pero no hay que olvidar que la apuesta que uno ha hecho por la relación hay que mantenerla por encima de quien sea.
- El respeto familiar de no meterse en los asuntos de la pareja es imprescindible.
- La asertividad es imprescindible con las personas ajenas que pretendan controlar la relación.

Francisco de Sales
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