CAPÍTULO 112 - PROVOCAR LAS DISCUSIONES EN MAL MOMENTO

Cada persona tiene su propio modo de pensar para interpretar el mundo que le rodea y tratar de manejarse en él, del mejor modo posible. Generalmente, todos buscamos sentirnos bien con nosotros mismos y los demás y lograr las metas y objetivos que nos proponemos en nuestras vidas.

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Francisco de Sales
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CAPÍTULO 112 - PROVOCAR LAS DISCUSIONES EN MAL MOMENTO

Mensaje por Francisco de Sales »

CAPÍTULO 112 - PROVOCAR LAS DISCUSIONES EN MAL MOMENTO
-LO QUE PUEDE PASAR POR NO SABER-

Este es el capítulo 112 de un total de 200 –que se irán publicando-  que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER


Los enfrentamientos, las peleas, las discusiones, y todos aquellos diálogos que no se hagan desde el amor, desde la cordura y el respeto, son situaciones a evitar. Todas van cargadas de una cierta violencia verbal, son guerreras, y provocan distanciamientos.

En las relaciones van a aparecer situaciones y asuntos en los que ambos no estarán de acuerdo, y pueden aparecer en momentos no apropiados porque uno o ambos estén extremadamente sensibles o tengan un mal día; en esas circunstancias no se puede disponer de la serenidad suficiente necesaria para darse cuenta de que es mejor aplazarlo, y lo que debería ser un intercambio sereno de opiniones y razones puede acabar siendo una batalla cruenta en la que se olviden los principios de amor que les unen y se inicie un conflicto del que ambos se van a arrepentir.

En las discusiones cada uno defiende una postura y, generalmente, no se está abierto a escuchar al otro y sus razones. Se trata más de defenderse y atacar y no de concordar, y se trata más de imponer un criterio que de dialogar comprensivamente. Así que es mejor tener acordado que cuando se presente una situación que tiene visos de acabar de mala manera es mejor que quien se dé cuenta le recuerde al otro el acuerdo que tomaron, en un momento de serenidad, con respecto a lo que hay que hacer en estos casos cuando se presentan. Y lo más prudente tal vez sea aplazarlo un poco.

En una relación no se debería entrar en una disputa por quién es más listo, quién tiene razón, quién vale más de los dos, o quién mete la pata más a menudo. Se trata de convivir y no de competir. Cada uno de los dos destacará en una cosa y estará menos preparado para otra, pero no se trata de batallar por ello, sino de unir fuerzas y entre los dos hacerlo mejor. La suma de las cualidades de ambos mejora a las individualidades separadas.

Lo adecuado no es callar y esperar que se olvide sin más: eso es contraproducente y no resuelve un conflicto que acabará quedándose entre los motivos acumulados para guardar rencor por parte de quien se enfadó hacia el otro. Otro granito de arena que se añadirá a un montón que puede acabar siendo una montaña. Si no se resuelve, se quedará por la mente dando vueltas y más vueltas y más se irá acrecentando mientras más se piense en ello, porque quien no ha podido expresarse creerá que no es tenido en cuenta, ni sus opiniones ni su situación, se sentirá ninguneado, y eso pueda acabar siendo más grave que lo que se cree haber evitado olvidándolo.

Lo adecuado es esperar hasta serenarse, buscar el momento y el lugar apropiados, tener presente que el motivo de la reunión es para expresar sentimientos o situaciones y no para reprochar –y menos aún, reprochar sin aportar nada-, ni tampoco para iniciar una contienda; hacerlo desde el amor que ambos se profesan, diciendo lo que se tengan que decir pero con cuidado, después de haberle quitado la agresividad y la ponzoña, sin hacer daño y teniendo claro que se trata de resolver algo para que no perjudique a la relación y permita que ésta pueda mejorar. No convertirlo en algo personal.

Paciencia, amor, comprensión, amor, delicadeza, amor, respeto, amor, empatía, amor…

SUGERENCIAS PARA ESTE CASO:

- Discutir no es pelear ni es atacar ni insultar ni menospreciar ni tratar de imponer. El diccionario lo dice my claramente: examinar atenta y particularmente una materia.
- La serenidad, el diálogo constructivo y el amor son imprescindibles cuando se trata de solucionar cualquier asunto.
- En la relación se pueden tratar todos los asuntos, pero es conveniente seleccionar el modo de hacerlo, el tono de la conversación, la intención… y el momento adecuado.
- El amor es un buen árbitro en una discusión.


Francisco de Sales
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