MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
Moderadores: Panoramix, biomana
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
La muerte es grosera porque actúa sin preguntar, pero ¡es tan bella cuando se acerca a por mí!
Es una bella grosería...
Es una bella grosería...
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
Bueno, yo voy ahora mismo a morir un poco.
Son las 2:34 de la madrugada y tengo un despertador con piernecitas que a las nueve me hará saltar de la cama.
Sed todo lo felices que os permitáis.
Son las 2:34 de la madrugada y tengo un despertador con piernecitas que a las nueve me hará saltar de la cama.
Sed todo lo felices que os permitáis.
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
¡Hasta mañana!
- Enrique Arias Valencia
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 715
- Registrado: Sab Ago 15, 2009 3:59 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
Aquí de lo que se trata es de cuidar el finale, y no de otra cosa.
Re: RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación.
Yo lo siento como un nacimiento. Ahora estamos en este cuerpo que es la placenta en la que nos desarrollamos hasta que llega el momento de nacer.Len escribió:Más o menos hemos explicado qué nos inspira la muerte.
Todos menos Aguinaliu y Ashalanadira (¡¡me cuesta escribir tu nombre!!)
Me gustaría leer lo que tengáis que decir al respecto.
Antes, en el mundo acuatico, estábamos en la placenta materna, alimentados de sangre, y sentiamos de un modo más o menos vago y amoriguado lo que pasaba en el cuerpo materno y fuera. La calidad de la sangre y hormonas de nuestra madre determinaba nuestra calidad de existencia y el argumento o programa básico al nacer y posterior.
Ahora, en el mundo aéreo, intuimos de un modo más o menos vago y amortiguado lo que pasa en nuestro cuerpo y fuera. La calidad de la sangre y hormonas de nuestro cuerpo determina nuestra calidad de existencia y el programa tras la muerte y nacimiento en el mundo de la luz.
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
Leído queda.
Re: RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación.
¿Puedes explicar mejor lo del "mundo de la luz"?Aguinaliu escribió: Yo lo siento como un nacimiento. Ahora estamos en este cuerpo que es la placenta en la que nos desarrollamos hasta que llega el momento de nacer.
... La calidad de la sangre y hormonas de nuestro cuerpo determina nuestra calidad de existencia y el programa tras la muerte y nacimiento en el mundo de la luz.
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
Re: RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación.
Hola. Y ya somos dos.Len escribió:¿Puedes explicar mejor lo del "mundo de la luz"?
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
Hay ausencias que triunfan y otras que duelen
Enrique Arias Valencia
Cuando uno de nuestros amigos parte lejos, pues la vida lo llama a un nuevo compromiso, deja en nuestra vida un hueco que bien pronto se manifiesta como doloroso, y que puede llegar a provocar una gran tristeza. La tristeza es un sentimiento que se manifiesta en los más diversos matices: nostalgia, rabia y amargura, por mencionar algunos de los más importantes.
La tristeza aparece porque nos hemos acostumbrado a la compañía del amigo, a sus chistes, a su seriedad, a sus errores, a sus aciertos; pero no podemos acostumbrarnos a su ausencia.
En cierta forma, todas las personas que vemos habitualmente llegan a despertar una fuerte relación con nuestros sentimientos. Desde el anónimo barrendero hasta nuestro encumbrado jefe. En este sentido, todas las personas con quienes nos encontramos a lo largo del día son nuestras amigas. Sin embargo, aquellos con quienes tratamos más llegan a convertirse en amigos entrañables, y no dudamos en reconocerlos como nuestros hermanos.
Por eso, cuando algún querido compañero de trabajo se va, o cierra la tiendita de la esquina, o terminamos un año de escuela, o nos damos cuenta de que hemos dejado atrás la adolescencia, muchos nos abandonamos a la nostalgia, que es una forma de guardar duelo porque una etapa de nuestras vidas ha terminado. Es necesario saber lo que nos sucede, pues es normal que incluso sintamos rabia cuando la ausencia es importante.
Si creemos que no podemos cambiar nuestra suerte, la amargura hace presencia. Si esta molesta huésped de nuestro corazón se instala en casa mucho tiempo, yo recomendaría que hiciéramos algo al respecto. Busquemos a alguien que nos ayude a descubrir qué nos queda de alegría, qué es lo que hacemos bien, y con todas nuestras fuerzas, dedicarnos a hacer algo nuevo cada día, un trabajo que nos distraiga y entretenga, para que el Sol vuelva a brillar en el alma, a pesar de las amargas experiencias. ¿Qué nos puede alegrar cuando nos quedamos solos? Quizá debamos aprender a convivir con el silencio, y tal vez podamos escuchar su enseñanza de contento.
La muerte no necesariamente tiene que ser física, es muchas veces, metafórica. Muere nuestra niñez, termina nuestra escuela, se cierra un círculo, y sin embargo, algo queda incompleto en nuestra vida. ¿Qué es lo que se ha ido? Nuestros compañeritos de escuela, la maestra y los deberes por la tarde.
Luego, un día, ya estamos trabajando. Quizá checamos tarjeta, o nos pasan revista a la antigüita; tenemos un cerro de papeles por revisar o nos dan una motocicleta para recorrer la ciudad, ya sea repartiendo pizzas o cubriendo una noticia.
Un día, nos cambiamos de empleo. y cada partida nos deja la sensación de que algo termina en forma triste, y llegan la nostalgia, la rabia y la amargura.
Entre teléfonos, correos electrónicos, documentos impresos, ventas, cobros y facturas, hay algo que siempre nos acompaña: nuestras relaciones con los demás. Por eso, una despedida es como una muerte chiquita: duele, pero hay que seguir adelante.
Este año sin morir, pero en forma dolorosa, partieron tres personas de mi vida: se fue del edificio mi vecino don Víctor, un hombre amable y simpático, quien varias veces me invitó a desayunar y hasta asistió con su hija a mi examen profesional. Por otro lado, mis lecciones de magia y excursiones fantásticas por este nuestro México se vieron interrumpidas cuando al comenzar el año perdí la invaluable compañía de mi amada directora espiritual. Y finalmente, Benigno, el chico que hacía la limpieza en la empresa donde trabajo, se ha ido también. Cada uno, con su irreparable ausencia, es una muestra de que Dios es mi amante muerto, y su partida es una preparación para mi propia salida de este incomprensible universo.
Enrique Arias Valencia
Cuando uno de nuestros amigos parte lejos, pues la vida lo llama a un nuevo compromiso, deja en nuestra vida un hueco que bien pronto se manifiesta como doloroso, y que puede llegar a provocar una gran tristeza. La tristeza es un sentimiento que se manifiesta en los más diversos matices: nostalgia, rabia y amargura, por mencionar algunos de los más importantes.
La tristeza aparece porque nos hemos acostumbrado a la compañía del amigo, a sus chistes, a su seriedad, a sus errores, a sus aciertos; pero no podemos acostumbrarnos a su ausencia.
En cierta forma, todas las personas que vemos habitualmente llegan a despertar una fuerte relación con nuestros sentimientos. Desde el anónimo barrendero hasta nuestro encumbrado jefe. En este sentido, todas las personas con quienes nos encontramos a lo largo del día son nuestras amigas. Sin embargo, aquellos con quienes tratamos más llegan a convertirse en amigos entrañables, y no dudamos en reconocerlos como nuestros hermanos.
Por eso, cuando algún querido compañero de trabajo se va, o cierra la tiendita de la esquina, o terminamos un año de escuela, o nos damos cuenta de que hemos dejado atrás la adolescencia, muchos nos abandonamos a la nostalgia, que es una forma de guardar duelo porque una etapa de nuestras vidas ha terminado. Es necesario saber lo que nos sucede, pues es normal que incluso sintamos rabia cuando la ausencia es importante.
Si creemos que no podemos cambiar nuestra suerte, la amargura hace presencia. Si esta molesta huésped de nuestro corazón se instala en casa mucho tiempo, yo recomendaría que hiciéramos algo al respecto. Busquemos a alguien que nos ayude a descubrir qué nos queda de alegría, qué es lo que hacemos bien, y con todas nuestras fuerzas, dedicarnos a hacer algo nuevo cada día, un trabajo que nos distraiga y entretenga, para que el Sol vuelva a brillar en el alma, a pesar de las amargas experiencias. ¿Qué nos puede alegrar cuando nos quedamos solos? Quizá debamos aprender a convivir con el silencio, y tal vez podamos escuchar su enseñanza de contento.
La muerte no necesariamente tiene que ser física, es muchas veces, metafórica. Muere nuestra niñez, termina nuestra escuela, se cierra un círculo, y sin embargo, algo queda incompleto en nuestra vida. ¿Qué es lo que se ha ido? Nuestros compañeritos de escuela, la maestra y los deberes por la tarde.
Luego, un día, ya estamos trabajando. Quizá checamos tarjeta, o nos pasan revista a la antigüita; tenemos un cerro de papeles por revisar o nos dan una motocicleta para recorrer la ciudad, ya sea repartiendo pizzas o cubriendo una noticia.
Un día, nos cambiamos de empleo. y cada partida nos deja la sensación de que algo termina en forma triste, y llegan la nostalgia, la rabia y la amargura.
Entre teléfonos, correos electrónicos, documentos impresos, ventas, cobros y facturas, hay algo que siempre nos acompaña: nuestras relaciones con los demás. Por eso, una despedida es como una muerte chiquita: duele, pero hay que seguir adelante.
Este año sin morir, pero en forma dolorosa, partieron tres personas de mi vida: se fue del edificio mi vecino don Víctor, un hombre amable y simpático, quien varias veces me invitó a desayunar y hasta asistió con su hija a mi examen profesional. Por otro lado, mis lecciones de magia y excursiones fantásticas por este nuestro México se vieron interrumpidas cuando al comenzar el año perdí la invaluable compañía de mi amada directora espiritual. Y finalmente, Benigno, el chico que hacía la limpieza en la empresa donde trabajo, se ha ido también. Cada uno, con su irreparable ausencia, es una muestra de que Dios es mi amante muerto, y su partida es una preparación para mi propia salida de este incomprensible universo.
¡Precioso, Enrique! Qué bien describes los sentimientos de tu corazón.
Lo último, la conclusión, es lo que no comprendo. Que sea la muestra de que Dios es tu amante muerto.
Alguien dijo que la vida es como un tren, o un autobús, en el que vamos subidos. Suben unos viajeros y nos compañan un trecho, pero se bajan cuando el tren llega a su estación de destino. Pero suben otros que a su vez nos acompañan otro trecho hasta que bajan o somos nosotros los que nos apeamos.
Quizá ellos encuentren en su próximo tren una compañía aún más grata que la nuestra y debemos dejarles que vayan en su busca. Quizá también nosotros encontremos otra compañía todavía más amada que la de ellos; también tenemos nuestro derecho a disfrutarla.
Eso se llama apego y es algo de lo que hay que liberarse para alcanzar la paz de espíritu. El apego y el ego, que están muy relacionados -porque el ego nos hace sentir el apego-, son objetivos a superar.
Árdua labor. :cry:
Lo último, la conclusión, es lo que no comprendo. Que sea la muestra de que Dios es tu amante muerto.
Alguien dijo que la vida es como un tren, o un autobús, en el que vamos subidos. Suben unos viajeros y nos compañan un trecho, pero se bajan cuando el tren llega a su estación de destino. Pero suben otros que a su vez nos acompañan otro trecho hasta que bajan o somos nosotros los que nos apeamos.
Quizá ellos encuentren en su próximo tren una compañía aún más grata que la nuestra y debemos dejarles que vayan en su busca. Quizá también nosotros encontremos otra compañía todavía más amada que la de ellos; también tenemos nuestro derecho a disfrutarla.
Eso se llama apego y es algo de lo que hay que liberarse para alcanzar la paz de espíritu. El apego y el ego, que están muy relacionados -porque el ego nos hace sentir el apego-, son objetivos a superar.
Árdua labor. :cry:
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
Si para estarme despidiendo de los demás e incluso de mi ego he venido a este mundo, luego, con una vez me basta para este jueguito. ¡Y jamás para repetirlo!
¡Jo jo jo!
¡Jo jo jo!
No sólo para despedirte vives sino también para recibir a personas o cosas que aparezcan en tu vida. Ya sabes eso de: cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana.
Aunque el finl de este encuentro o partido ya lo conocemos y es la despedida total. O no.
Aunque el finl de este encuentro o partido ya lo conocemos y es la despedida total. O no.
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
¡Es la despedida total, pero mientras llegue, salud, paz y una sonrisa!
- Äriastóteles
- Asidu@ del Foro
- Mensajes: 625
- Registrado: Jue Mar 19, 2009 4:46 pm
RE: MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
¿Tienes la cita de la semblanza de la madre a su hijo camino de ese tránsito?
-
- TEMAS RELACIONADOS CON MUERTE ¿Tragedia, liberación, huida, transformación....?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 2 invitados