NO PERMITAS QUE TE DUELAN LAS CRÍTICAS

Cada persona tiene su propio modo de pensar para interpretar el mundo que le rodea y tratar de manejarse en él, del mejor modo posible. Generalmente, todos buscamos sentirnos bien con nosotros mismos y los demás y lograr las metas y objetivos que nos proponemos en nuestras vidas.

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Francisco de Sales
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NO PERMITAS QUE TE DUELAN LAS CRÍTICAS

Mensaje por Francisco de Sales »

NO PERMITAS QUE TE DUELAN LAS CRÍTICAS


En mi opinión, le damos un excesivo e innecesario poder a las críticas que nos hacen teniendo en cuenta que, generalmente, no coinciden con la realidad sino que son opiniones tomadas sin tener toda la información verdadera, y en muchos casos con la mala intención adicional de hacer daño con ellas.

Cuando actuamos críticamente nos consideramos con el poder y el derecho de juzgar a los otros, DESDE LA SOBERBIA de CREERNOS SUPERIORES A ELLOS y más inteligentes y aptos; NOS LLENAMOS, LAMENTABLEMENTE, DE ENGREIMIENTO Y OSTENTACIÓN; nos vestimos de jueces arrogantes que emiten la ley desde unas creencias que pueden ser demasiado rígidas y tal vez sólo aplicables a nosotros mismos, porque pretendemos imponer con nuestra actuación una justicia basada solamente en nuestros criterios y muy posiblemente en traumas y errores que vivimos y repetimos.

Y se nos olvida a menudo –demasiado a menudo- que no tenemos derecho a dictaminar algo que vaya más allá del rango de opinión privada –y sin necesidad de ser emitida- y que bajo ningún concepto debemos confundir nuestra suposición con la realidad. En el hecho de criticar siempre hay una intención de descrédito y siempre es desfavorable lo que se dice; hay una mala voluntad expresa en ello, porque si no existiera la mala intención sería simplemente una opinión.

NO TENEMOS DERECHO A JUZGAR Y MENOS AÚN A PRETENDER IMPONER NUESTRA CRÍTICA.

Si alguien nos pide nuestra opinión no deberíamos emitirla sin tener la información suficiente, ni tampoco hacerlo desde una que esté basada exclusivamente en la interpretación de percepciones superficiales y subjetivas, sino que se precisa de la información veraz y completa para tener la idea correcta. A partir de esa información se puede opinar, pero sólo opinar. No imponer. No impartir sentencias. No decir a bocajarro lo que se nos pase por la cabeza si no está perfectamente contrastado.

Y lo que es imperdonable del todo es inmiscuirse en la vida de los otros, en sus actos, en sus decisiones, porque SU VIDA ES SU VIDA. Y su camino de aprendizaje a veces pasa por las equivocaciones y por aprender de SUS propias decisiones.

Antes de criticar es imprescindible recordar que la otra persona es distinta de uno mismo. Sus experiencias, su pasado, su mente, su seguridad o inseguridad, y sus circunstancias, son distintas de las nuestras. Y hay que tener MUY CLARO que si nosotros estuviésemos en su lugar actuaríamos y pensaríamos EXACTAMENTE IGUAL que ellos. Y eso nos resta aún más ese erróneamente supuesto “derecho” a criticar a los demás.

Criticar es hablar mal de alguien o señalar sus defectos y faltas, pero… ¿qué le da a uno un supuesto “derecho” a hacerlo?, ¿qué gana uno con eso?, ¿alimentar su ego?, ¿qué hay realmente detrás de las críticas a los otros?, ¿un interés en autoengañarse creyéndose mejor que el criticado?, ¿qué tipo de persona es quien es capaz de criticar a otra persona?, ¿tal vez alguien que necesite un psicólogo?, ¿tal vez un frustrado, un engreído, un envidioso?, ¿te sientes satisfecho de ti al ser un criticador?

Desde el punto de vista del criticado… no hay que olvidar que uno no tiene que satisfacer a TODOS los demás, cosa que además es realmente imposible, y que uno sólo tiene esa responsabilidad ante sí mismo. Sólo ha de satisfacerse realmente a sí mismo y si por añadidura puede satisfacer a otros, pues mejor. Pero no es adecuado vivir en función de ser del agrado de otros, ni dejar de hacer lo que realmente le gusta a uno o comportarse del modo que le apetezca solamente para no ser objetivo de los críticos. Pretender agradar a TODOS los otros y SIEMPRE es un objetivo imposible de alcanzar. Es una pérdida de vida.

Una crítica son sólo palabras y las palabras por sí mismas no hieren. Es uno mismo quien les otorga el poder de que le hagan daño. Y esto es algo más que absurdo y sin sentido. ¿Por qué permitimos que algo así nos afecte física y psicológicamente?

Las críticas van a estar ahí SIEMPRE. Siempre va a haber alguien disconforme con lo que hagamos o digamos. Siempre va a haber algún idiota con la creencia de ser superior y de tener que dirigir la vida de los demás.

Un buen objetivo sería no depender de los otros para tener bien la propia Autoestima y estabilidad emocional. Y si somos capaces de recibir las críticas con objetividad, sabiendo separar y aprovechar lo que haya de verdad y descartando la mala intención, y si lo tomamos como una información sin más –que puede ser cierta o errónea- y no lo tomamos como un enjuiciamiento agresivo, no serán dolorosas. Objetivamente, una crítica es una información proveniente de otra persona, transmitida con mejor o peor intención, pero sólo es una exposición verbal. Ante ellas, objetividad: ¿puedo aprovechar algo de lo dicho?

Las críticas se pueden interpretar de varias maneras. Lo que hay que conseguir es separar lo que dicen de cómo lo dicen. Lo que dicen puede ser útil o no, y eso hay que comprobarlo. Si en el cómo lo dicen se percibe agresividad seguramente podrá ser descartado sin más.

Si uno se conoce realmente, y tiene la Autoestima en su sitio, no debería sentirse afectado por las críticas. Uno sabe quién y cómo es de verdad, así que opiniones sin base o malintencionadas no deberían poder con la verdad del autoconocimiento. Lo que vale es lo que uno sabe y no lo que el otro dice.

El intento de querer agradar a todos y siempre proporciona más frustración que satisfacción. Agradar a los otros –incluso desagradándonos a nosotros por hacerlo- es una tarea que no compensa el esfuerzo que requiere. Detrás de una necesidad de aprobación está escondido el ego.

La recomendación es bastante evidente: NO CRITIQUES, y si en alguna ocasión sientes que tienes que decir algo a alguien, hazlo desde la objetividad y el respeto y no desde el reproche y la reprobación. Y si eres criticado… actúa con objetividad, escucha sin alterarte, y separa lo positivo de la acusación.

Si alguien es criticón… ese es SU PROBLEMA.

Te dejo con tus reflexiones…
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